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Massimo Recalcati

Los tabúes del mundo

Una reflexión sobre el papel del tabú en la sociedad contemporánea y sobre la relación entre tabú y libertad.
¿Debemos derruir todos los tabúes? ¿Tabú y libertad son incompatibles? ¿Qué papel cumplieron en el pasado y cuál cumplen en la actualidad? ¿Los tabúes marcan límites morales necesarios y dan sentido a la vida o son un mero mecanismo de represión? ¿Realmente podemos vivir sin tabúes?
Massimo Recalcati aborda en este libro la función social de los tabúes en relación con la sexualidad, los vínculos familiares, el amor, los deseos y la muerte. Lo hace a partir de ejemplos de lo cotidiano y también de la mitología y la literatura: de Edipo a Hamlet, del sacrificio de Isaac a Medea, de Caín a Don Juan, de Dostoievski a Sartre, de Beckett a Calvino, de Freud a Lacan…
El autor analiza la relación con el tabú de la sociedad contemporánea y llega a la conclusión de que «lo que se halla en primer plano no es ya la opresión del tabú, sino su evaporación. La vida humana parece carecer de confines, de brújulas, de líneas de demarcación. ¿Consiste la libertad realmente solo en verse empujados aquí y allá como tapones de corcho en las aguas bravas de un mar sin bordes? Nos hallamos aquí frente a un rasgo fundamental de la angustia hipermoderna que la experiencia epidérmica del pánico expresa a la perfección: carencia de puntos de referencia, caída de los diques, vértigo, apertura de un vacío sin nombre».
188 Druckseiten
Ursprüngliche Veröffentlichung
2022
Jahr der Veröffentlichung
2022
Übersetzer
Carlos Gumpert
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Ersteindruck

  • Sergio Castrohat einen Ersteindruck geteiltletztes Jahr
    🔮Unerwarteter Tiefgang
    💡Viel gelernt
    🎯Lesenswert

    Sin duda alguna, los tabúes no solo son el rastro de lo indescifrable y prohibido, sino a la vez, de lo nuevo y de lo Otro que busca desenpolvar la historia de lo que el mundo prefirió callar.

Zitate

  • Sergio Castrohat Zitat gemachtletztes Jahr
    ¿Cuántas veces nos hemos sentido empujados, expulsados? Es precisamente por esta posibilidad continua de nacimiento por lo que Hannah Arendt –refutando a su maestro Martin Heidegger– afirmó que los seres humanos no están hechos para morir sino para nacer.
  • Sergio Castrohat Zitat gemachtletztes Jahr
    ¿Cuántas veces puede uno resurgir de sus propias cenizas? ¿Cuántas veces nos hemos sentido empujados, expulsados? Es precisamente por esta posibilidad continua de nacimiento por lo que Hannah Arendt –refutando a su maestro Martin Heidegger– afirmó que los seres humanos no están hechos para morir sino para nacer.
  • Sergio Castrohat Zitat gemachtletztes Jahr
    Duelo sin palabras y sin consuelo que reitera esa estrecha conexión entre la vida y la muerte que toda madre conoce bien. Siempre hay un momento en el parto donde la madre, en el ápice de las contracciones, tiene la sensación de que si no se esfuerza para que su hijo salga de su cuerpo podría arriesgarse a ahogarlo. He escuchado esta historia varias veces en boca de mis pacientes: el último esfuerzo es el que, salvando al niño del riesgo de la asfixia, lo abre a la vida pero solo a condición de perderlo, sacándolo, en efecto, fuera, arrojándolo al mundo. Aquí también los confines entre la vida y la muerte se antojan muy estrechos. Es el mayor regalo de la maternidad: dejar que el niño que ha crecido en su vientre se separe, salga fuera, se convierta en vida propia. Lo sabía perfectamente María también: jovencísima madre que llevaba en su seno –como todas las madres– el hijo de Otro, un hijo que no es propiedad suya, cuyo destino debe ser el de morir en la cruz, o bien –en clave laica– perderse. Es algo que les ocurre a todas las madres: sacar fuera a sus hijos, dejar que se vayan, observar el secreto de esa nueva vida sin querer apoderarse de ella. El milagro de la natividad consiste, una y otra vez, en esto. Pero ¿cuántas veces puede nacer un hombre? ¿Cuántas veces puede caer para volver a levantarse? ¿Cuántas veces puede uno resurgir de sus propias cenizas? ¿Cuántas veces nos hemos sentido empujados, expulsados? Es precisamente por esta posibilidad continua de nacimiento por lo que Hannah Arendt –refutando a su maestro Martin Heidegger– afirmó que los seres humanos no están hechos para morir sino para nacer.

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