La ciudad de los umbrales

Bogotá, clítoris monstruoso que te desangras en las bienaventuranzas de tu extraño y promiscuo delirio

la acumulación de conocimientos no produce felicidad, pero pensar bellamente genera una alegría que poco a poco se manifiesta en cada una de las acciones y los modos de ser. No se trata de saber más, sino de cambiar la forma de pensar. Es un problema técnico, de textura de las ideas. La felicidad es un pensamiento móvil polimorfo.

sexo era un juego, una ruleta en la que ninguna apuesta se perdía

Contemplan cómo sus compañeros allá arriba sacan los brazos por entre los barrotes para recibir un poco de sol, y siente envidia, desean volver a su celda para soñar el mundo, para inventarlo desde la oscuridad.

Sentimos la poesía como sentimos la cercanía de una mujer, o como sentimos una montaña o una bahía.

«No me esperes hoy porque la noche será blanca y negra». Al día siguiente lo encontraron ahorcado de uno de los postes frente al manicomio.

mundo y su eterno presente.

—El instante es lo único que existe. «Aquí y ahora» es el instante presente en este mismo lugar. No podemos caer en la trampa de la continuidad.

«El momento cuando una prostituta se mira en el espejo danzando: allí es donde fracasan todas las hermenéuticas»

El burdel es un factor prehistórico de territorialidad camuflado en la urbe contemporánea