Nuestra época, al menos por el lado de los pequeñoburgueses “occidentales”, es sin duda la de la ecología, el medio ambiente, la hostilidad a la caza, ya se trate de gorriones, ballenas u hombres. Es preciso vivir en nuestra “aldea planetaria”, dejar hacer a la naturaleza, afirmar por doquier los derechos naturales. Pues las cosas tienen una naturaleza que debemos respetar. Es importante descubrir y consolidar los equilibrios naturales. La economía de mercado, por ejemplo, es natural y hay que encontrar su equilibrio, entre algunos ricos desafortunadamente inevitables y los pobres desgraciadamente innumerables, así como conviene respetar el equilibrio entre los erizos y los caracoles.