Alicia Álvarez

En la década de 1960, MacLean estableció el modelo del cerebro triuno para explicar el funcionamiento del cerebro. E

Del trauma se ha hablado mucho, pero normalmente los ejemplos suelen estar alejados de nuestras realidades cotidianas debido a que se refieren a acontecimientos extremos. Pero el trauma no es solo eso.

Cuando una situación es demasiado abrumadora para que la podamos gestionar e integrar con los recursos de que disponemos, tenemos todos los números de desarrollar un trauma.

personas explican alguna situación terrible que vivieron en su infancia y, después, con una sonrisa y un tono de voz más alegre de lo que refleja su mirada,

es lo mismo fregar el suelo y esperar a que se seque para pisarlo con las suelas limpias, que fregarlo y acto seguido pisarlo con los zapatos llenos de barro.

nosotros también nos rompamos en algún momento. Todo el mundo tiene su punto de ruptura.

cuando una vivencia es muy intensa (de elevada emocionalidad), es difícil que la olvidemos. Siempre la recordaremos. La diferencia con un «trauma» es que no nos hará sufrir ni reviviremos lo mismo que la primera vez.

Suena terrible, pero veremos que hay grados y diferencias de afectación que harán que, pese a padecer algún trauma, seamos más o menos funcionales.

hipocampo es la parte del cerebro encargada de enviar la información a los lóbulos temporales para su almacenaje.

está muy relacionado con la amígdala, nuestra particular alarma contra incendios.