Date cuenta de aquello en lo que te fijas. No puedes controlar la información fragmentada que aparece aleatoriamente en tu cabeza. Pero puedes empezar a notar tus sesgos. Cuando te enfades por estar parado ante un semáforo en rojo, piensa: «Mira qué interesante. Me di cuenta de que este semáforo está en rojo, pero no noté el último semáforo en verde que pasé». En otras palabras, trata de practicar la conciencia no crítica.
La conciencia no crítica es una forma de atención plena que simplemente significa darse cuenta sin reaccionar emocionalmente, incluso cuando las cosas no salen como esperabas. La conciencia no requiere emoción, porque en la emoción y en la conciencia participan diferentes regiones del cerebro. Notar un error podría activar automáticamente la amígdala emocional, pero ser consciente de tu propia reacción activa la corteza prefrontal, que calma la amígdala.