pidió que esperara y corrió a decirle a papá, que ya había vuelto del trabajo, que un hombre importante lo estaba buscando.
Cuando llegó mi padre, el hombre lo invitó a sentarse a su lado en la calesa, lo que significaba una gran distinción. Los presentes lo miraban con envidia.
Antes de salir de la ciudad, le dijo a mi padre:
—Soy el director del Vintorg, un almacén de provisiones militares. Quiero