Lacan, verdadero artífice del retorno a Freud, no denuncia la contención social de las pulsiones y, de una manera general, lo que obstaculiza el acceso al goce; al contrario, insiste en la importancia de la ley y de lo prohibido. Lo que es más, él muestra que el mismo Freud -con la segunda tópica y el segundo dualismo pulsional— se inclina, cada vez más, a pensar que no es la contención social de las pulsiones lo que engendra la represión, sino que, al contrario, es la represión lo que está primero. Así, la familia y la sociedad en tanto creaciones se edifican a partir de la represión y no de los avatares de la contención social: «La glotonería con la que [Freud] designa al superyó es estructural, no un efecto de la civilización, sino un malestar (síntoma) en la civilización'" (J. Lacan, Televisión, 1973). Esto no sólo abre la perspectiva, sino que también proporciona un marco al presente trabajo, que reúne textos de autores ecuatorianos y franceses.