entrada general para los espectadores a pie se fijó en $10 m/c (el signo monetario de ese entonces), que equivalían a unos $0,4 en moneda metálica. El costo de esta entrada representaba cerca de la mitad del ingreso percibido por un obrero no calificado por una jornada de trabajo, o entre el 2 y el 3% de su ingreso mensual. Quien quisiera ingresar con su caballo debía abonar $15, y $30 en caso de que se tratase de un carruaje. El acceso a la tribuna costaba entre $25 y $125. Los palcos tenían un costo de $500