Cuando, hace más de doscientos mil años, nuestra especie inició la aventura del Homo sapiens, puso en marcha, a su vez, la epopeya del Homo legens. Pudimos acumular aprendizajes, conocimiento, gracias a ser capaces de leer nuestro entorno, nuestras experiencias, nuestra mente, nuestra intimidad, así como de nombrar lo que percibíamos a través de los sentidos pero, también, lo soñado, lo sentido, lo inventado, lo puramente imaginado. Somos seres humanos en tanto fuimos y seamos, esencial y plenamente, lectores.