En cuanto me toca todo mi cuerpo se sume en alerta roja. El calor me invade, y unas chispas de electricidad me recorren los nervios. No sé si sucede por nuestro nuevo vínculo de compañeros o es un acto reflejo de mi cuerpo, que recuerda el tiempo que pasamos juntos, pero solo por un instante es la puta hostia.