El Bosque de los Personajes Olvidados

Soy el Emisario Real del Príncipe Encantador

el Príncipe Encantador, un sujeto vanidoso y nada interesante, que en ese momento gobernaba, tenía a su vez un hijo: el Príncipe Azul, un bebé predestinado a la fama

Esperar no significa estar a salvo, ni tampoco es la mejor forma de vivir

Pienso que actuar debe responder a algo más que a una condicionante.

—De acuerdo, ¿cuál fue el don que intercambió el hada?
—El tabú máximo de nuestro mundo.
—¿O sea…?
—La capacidad de escribir nuestra propia historia.

—¿Así que no fueron felices para siempre?
—No. Ahora tratan de serlo cada día, y parece suficiente para ambos.

¿Eso significa que…?
—Que estoy muy ocupada amándome a mí misma como para pensar en qué va a pasar mañana. Tal vez cuando deje de recorrer el cielo con Ilene tenga tiempo de pensarlo

Yo sé lo que hay que hacer, y ya no queda tiempo. Tomar las riendas de nuestras vidas no requiere un día especial,

Cuando la eternidad es el destino, las décadas o los siglos no son sino un instante.

—¡Oh! Nunca llames señora a una mujer hasta no saber si es muy mayor o no —le recomendó el topo al enano algo alarmado