La Modernidad prometió en sus orígenes emancipación de hombres y mujeres, libertad, democracia, igualdad, fraternidad… En plena euforia positivista, el progreso derivado de las ciencias apenas nacientes evitaría los grandes sufrimientos humanos, las enfermedades, las catástrofes. «En el siglo XXI, el hombre podrá volar y ser inmortal», fue una idea largamente acariciada. Pero la técnica tomó la delantera y lejos de hacernos más sabios o más felices nos ha llevado a pasar en un instante del “Me gusta” al “Lo necesito”. En estas páginas hay un relato breve de la construcción del sujeto, de la manera en que los humanos llegamos a este extremo. Es una historia de las ideas, ontológicas, y del papel que el pensamiento filosófico desde Sócrates, Platón y Aristóteles, de estoicos y epicureístas, de san Agustín y santo Tomás hasta el psicoanálisis ha tenido en esta historia.