Niñapájaroglaciar

El corazón revoloteando, tratando de salirse del pecho. Como un pájaro atrapado que está tratando de seguir la voz de la luz, lanzándose contra ventanas que no abren con la esperanza de atravesarlas o hacerlas caer.

(esos segundos en vida de pájaro deben haber sido una eternidad)

Las escrituras de los enamorados en los árboles dicen aquí estuvimos, las palabras lo comprueban, nos amamos y con estas letras aquí por siempre nos quedaremos.

y hasta la neblina, a pesar de que es fría, se siente a veces como un abrigo, como una cobija que cubre la montaña.

A los frailejones les empezaron a decir así, supuestamente, porque vistos de lejos parecen frailes. El nombre científico es Espeletia, en honor a un señor de apellido Ezpeleta, virrey de no se dónde, que tal vez nunca en su vida vio un frailejón ni puso un pie en un páramo.

llegó un momento en el que la luz del sol se empezó a regar de a poquito desde el borde que es el horizonte y empezaron a brillar los bordes de los frailejones y se pusieron rosados los bordes de las nubes, hasta que hubo suficiente luz para que las cosas pudieran ser más que bordes otra vez.

Sin darme cuenta me estaba llenando de laguna.

Ahora solo quedan seis, todos enfermos terminales, uno que está a punto de morir.

De pronto mi pesar viene con un poquito de culpa por no haber sabido lo que estaba mirando y por darme cuenta de que ahora que ya sé, dentro de poco no los voy a poder ver más.

Tal vez llegará a una bocatoma y pasará por un tubo y llegará al grifo de un lavaplatos en una casa en la que se convertirá en hielo de cubeta para echarle a una cocacola que será bebida por alguien que no sabe que su hielo está hecho con agua de un glaciar en extinción.