La vegetariana

Tengo algo atascado en la boca del estómago. No sé qué es. Siempre está ahí. Ahora siento esa pesada masa a todas horas aunque no lleve el sujetador. Por más que respiro profundamente, no se me aligera el pecho.
Son gritos, alaridos apretujados, que se han atascado allí.

Por una vez, una sola vez, quisiera gritar con todas mis fuerzas. Quisiera salir corriendo por la oscura ventana. ¿Entonces podré desembarazarme de esa masa que me obstruye el pecho? ¿Será eso posible?

Comparada con su mujer quizá fuera menos bonita, pero se podía sentir en ella la fuerza de un árbol silvestre y sin podar.

, pero el caso de Yeonghye Kim

es especial porque tiene esquizofrenia y además rechaza la comida

Sabía sobrellevar todas las cosas que le ocurrían y la diligencia formaba parte de su naturaleza.

Sus padres, que se habían vuelto repentinamente más viejos y enfermos, ya no querían ver a su segunda hija y hasta habían cortado todo contacto con la mayor, pues les recordaba al yerno, al que consideraban poco menos que una bestia

Solo una vez había visto que le brillaran los ojos en casa. Fue cuando Jiwu cumplió un año y comenzó a caminar. Cogió la cámara y filmó al niño, que

Le había parecido un halago, aunque difícil de comprender, pero ahora se preguntaba si no habría sido una confesión de que no estaba enamorado de ella

Eres demasiado para mí —le había dicho él alguna vez antes de casarse—. Tu bondad, tu estabilidad, tu serenidad, tu actitud de total naturalidad en la vida… Son cosas que me conmueven.