Y es por eso, creo yo, por lo que tantas y tantas personas de nuestro pueblo, y con ello me refiero al tipo de gente trabajadora, campesina con la que me crie, albergan un sentimiento de maravilla, duda y romanticismo hacia los escritores, de modo que les resulta difícil comprender que un escritor podría ser alguien como ellos y no un tipo lejano como Lord Byron, Tennyson o Percy Bysshe Shelley. Luego están esos otros estadounidenses que provienen de aquella clase más educada, los que van a la universidad, y estas personas también viven fascinadas con el glamour y la dificultad de escribir, pero de un modo distinto.