Me di cuenta de que de ahora en más, cada vez que estuviera sentada a la mesa en mi cuarto y mirara hacia esta casa, iba a estar condenada a recordar las cosas de Victoria, la ropa, los australes macerados en el frasco. Esas imágenes se iban a superponer a las de antes, a las de mi infancia, formando un nuevo pasado tectónico que venía a respaldar este nuevo presente familiar. Estábamos dejando atrás un misterio, creando e incorporando nuevos recuerdos, y como sucede ante cualquier vacío que se llena, solo podía esperar con ansias lo que venía a continuación