Cartas a Ricardo

o, no te pido que cuides de no herirme porque yo soy la que tiene que aprender a no sentirse herida.

Cómo quisiera estar en alguna parte, en esa parte “donde amor no es congoja”. Porque yo lo único que sé hacer a conciencia, es sufrir y transmitir mi sufrimiento a los demás.

siempre había sido muy celosa de mi independencia, de mis convicciones y hasta de mis opiniones. Pero cuando estábamos juntos, era una cosa que me daba risa, ver cómo, de pronto, toda mi independencia, mis convicciones y mucho más mis opiniones se evaporaban.

pasajes no pudieron ajustar a tres, sin mayores trámites manda

pasajes no pudieron ajustar a tres, sin mayores trámites manda

Sólo los inteligentes son capaces de hacer chistes sobre sí mismos. Los tontos son los que repiten chistes ajenos

Sólo los inteligentes son capaces de hacer chistes sobre sí mismos. Los tontos son los que repiten chistes ajenos

Sólo los inteligentes son capaces de hacer chistes sobre sí mismos. Los tontos son los que repiten chistes ajenos

Sólo los inteligentes son capaces de hacer chistes sobre sí mismos. Los tontos son los que repiten chistes ajenos

Rosario puede pasar de la más pavorosa escena de celos a su mesa de trabajo. Y no se desfoga sobre el papel. Escribe. No se vuelca en catarsis psicoanalítica. Hace abstracción, traza sus signos, al descifrarse descifra al mundo