La clase de griego

Que cuando le devolvamos al mundo material la vida, lo más frágil, blando y triste que poseemos, no recibiremos ninguna compensación.

Mi pregunta es por qué el alma humana no se destruye a pesar de tener tantas cualidades malas y necias.

Seguramente la cara que más se imagina y dibuja mentalmente una persona a lo largo de la vida es la suya propia.

Si hubiera dibujado un mapa con los surcos dejados por las lágrimas…

Si hubiera grabado con una aguja o con sangre la senda por donde fluían las palabras…

«Pero era una senda demasiado terrible», murmura desde un lugar más profundo que la lengua y la garganta

La cámara no puede registrar los sonidos, olores y texturas, pero estos se grabaron con todos sus pormenores en mis oídos, nariz, cara y manos.

El mundo estaba lleno de cosas con las que no podía reconciliarse.

Cada vez que empezaba a escribir una oración, notaba su corazón gastado; su corazón remendado, consumido, inexpresivo. Cuanto más lo sentía, más se aferraba a las palabras, hasta que un día las soltó y sus manos quedaron vacías.

¿No le parece raro?

¿No le extraña que tengamos párpados y labios?

¿Que a veces nos los cierren desde fuera, y que otras veces los cerremos con fuerza desde dentro?

había regresado sano y salvo a la cultura donde no era necesario saludar ni sonreírle a un desconocido. Y en aquel momento no podía entender por qué eso me causaba una sensación de soledad tan dolorosa y abrumadora.

que la belleza tenía que ser ímpetu, pura energía vital,

que la vida no podía ser algo que debías soportar,

que era un pecado soñar con un mundo diferente a este.