Ojos llenos de sombra

estoy convencida de que a cada persona le espera una bebida, SU bebida especial. Es como una pócima que solo hace magia con uno. Es como un superpoder o una superdebilidad secreta, y uno se entera solo cuando la prueba.

No tengo la menor intención de buscarme un novio solo para que tú te sientas con menos compromisos.

El recuerdo se convierte en risa pero de inmediato se amarga, se me hace un nudo en la garganta y me tengo que obligar a pensar en otra cosa,

Capaz que nació y creció y se reprodujo y se hizo cristiano y se divorció y se volvió a juntar a escondidas con su ex solamente para tener este momento de utilidad en la vida: “Oye eso”. Y yo sigo oyendo eso, y repitiéndomelo como si fuera mantra: “No te asustes, es solo vivir”.

—Ese güey es un tarúpido. Ya te lo he dicho.

—¿Un qué?

—Un tarado estúpido —dice

Cuando me acordaba de sus besos me convertía en un coctel de emoción, angustia y un poco de enojo. No contra él, sino contra mí misma, porque cada vez que iba a abrir el correo tenía la esperanza de encontrar un mensaje suyo; porque cada vez que sonaba mi teléfono pensaba que sería él; porque cada una de esas pequeñas esperanzas iba seguida de una gran desilusión

Mientras tanto, la frustración crecía poco a poco entre nosotras.

“Big hollow man”, de Danielle Dax

London After Midnight.

“So alive”, de Love and Rockets