Spook preguntaba si no tenía alguna de segunda mano y el tipo decía que no con la cabeza y volvía a sus cosas y Spook miraba los faros, los asientos, los tubos de escape, los parabrisas y las botas, y medio se volvía idiota y entraba en El Griego y se ponía a hablarnos de la Harley-Davidson cojonuda que había visto…, el último modelo, y hablaba de cada puñetero cromado y de cada tornillo y de cada tuerca de la hijaputa y todos reían y entonces siempre entraba alguien que le quitaba el casco y se lo pasaba a otro y Spook se volvía loco tratando de recuperarlo y alguien se lo ponía en la cabeza y todos nos reíamos y él nos decía que no sabíamos lo que era morirse por una moto. Cincuenta veces al día lo mismo. No sabéis lo que es morirse de ganas de tener una moto. Entonces uno le decía que le daría una vuelta si le invitaba a café. Conque Spook sacaba cincuenta centavos (era jodido de verdad conseguir que pagara algo. Supongo que hasta guardaba las vueltas en una hucha de barro para pagarse la moto) y se ajustaba el casco y se iban y él gritaba JeróOOOnimOOOO y cogían la autopista de circunvalación y hacían eses entre los coches y Spook flipaba del todo