Reflejado en la sangre

Según la noticia Inti murió el viernes 13 de abril alrededor de las 10 de la mañana, más o menos a la misma hora que vos ingresaste el código en la web porque yo te lo pedí.
No sé si entendés lo que quiero decir.
Creo

Tu cuerpo colgante flotaba encima de mí al momento de escribirte el primer correo

Y después me pasó lo mismo que a vos: entendí que ese tipo era yo, muerto, ahorcado.
Yo no sabía qué hacer, como escaparme de toda esa locura

Se supone que ese que flota en el aire soy yo (o voy a ser yo) colgado de ese árbol que apareció en una web en la que vos me metiste

A lo lejos había un árbol. Era altísimo y todo negro como el suelo. De a poco las nubes se corrían y se podía ver más: el árbol era frondoso, pero sólo en una mitad, la otra estaba como podada, se veían las ramas peladas y retorcidas. Y de golpe empecé a sentir

Me empezaron a pasar cosas raras últimamente y sólo puedo echarle la culpa a esa web de porquería a la que me hiciste entrar

Era una imagen borrosa, casi como esos dibujos que les muestran los psiquiatras a sus pacientes en las películas.
Me concentré en tratar de entender qué era pero me costaba y el ruido de la computadora se volvía más y más fuerte. Ahí me rendí y apagué

Voy a contarte lo que te va a pasar para que puedas estar preparado: mi mordida tiene un agente anestésico muy potente para que el otro no se despierte mientras me alimento. La sensación de entumecimiento se te va a ir media hora después de que te hayas despertado y entonces te vas a morir casi de golpe cuando tu centro nervioso intente asimilar todo el dolor al mismo tiempo.

dejaba ver su cráneo en varias partes. Le faltaba un ojo, por eso le había costado tanto ver con claridad. Ya no tenía labios ni tampoco nariz y en el centro de su cara sólo había un pozo del que no dejaba de manar sangre, como una cascada de pesadilla, tiñendo el lavamanos de rojo.
¿Qué había pasado? ¿Po

Percibió algo en el brazo que se aferraba a la cara interior del pozo: la criatura acariciaba su mano con suavidad. Estaba caliente y la sensación era de lo más asquerosa, pero el calor le iba devolviendo poco a poco la sensibilidad. Podían darle calor, podían hacerle ver en la oscuridad y decían poder darle todo lo que quisiese.

—Dejate caer