Las brujas del ayer y del mañana

Toda mujer dibuja un círculo a su alrededor. A veces, solo puede albergarse a sí misma en el interior».

Agnes aprendió a tempranísima edad que la familia puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Que un día estás cuidando de alguien y al día siguiente tienes que elegir entre quedarte o sobrevivir.

Decía que la brujería de verdad no es más que una conversación con ese latido rojo y que solo requiere tres cosas: la voluntad de escucharlo, las palabras necesarias para hablar con él y los componentes que abran el sendero que lo guíe hasta el mundo. La voluntad, las palabras y los componentes.

maldad es como la belleza: depende de los ojos con los que se mire.

maldad es como la belleza: depende de los ojos con los que se mire.

Aunque haya destrozado su confianza antes.

—La confianza no se destroza. Se podría decir que se pierde. —Beatrice frunce los labios—. ¿Y qué hay perdido que no se pueda encontrar?

—Aunque haya destrozado su confianza antes.

—La confianza no se destroza. Se podría decir que se pierde. —Beatrice frunce los labios—. ¿Y qué hay perdido que no se pueda encontrar

Estáis aquí porque queréis más para vosotras y vuestras hijas. Porque es muy fácil ignorar a una mujer. —Juniper tuerce los labios en una sonrisa salvaje—. Pero es mucho más difícil no prestarle atención a una bruja.

—Sé que el mero hecho de ser mujer es arriesgado. Por muy saludable y trabajadora que una sea

Tenemos que dejar de preocuparnos por las cosas que puede o no puede hacer una mujer, por lo que es decente y por lo que no lo es. Tenemos que resistir y luchar todas juntas.