En el siglo XVI el obispo Fray Bartolomé de las Casas luchó para terminar con la esclavitud y el maltrato de los pueblos indígenas en América argumentando que eran seres humanos como los demás. Para terminar con esto y “humanizar” el trato le propuso al Rey de España, Felipe II, que reemplazara a los indios con esclavos negros de Africa.