El paraiso de las mujeres

La muerte se le aparecía como algo dulce y triste que podía solucionar todas las contrariedades de su existencia.

porque el corazón justo y fuerte de las mujeres es siempre piadoso con la debilidad y la ignorancia del hombre.

versos de hombre, y bien sabido es que el hombre, condenado eternamente á la grosería y al egoísmo por su propia naturaleza, puede dar muy poco de sí en una materia tan delicada como es la poesía.

Prefería la melancolía de sus recuerdos, entregándose a ellos

Se resienten de su origen: les falta delicadeza; son, en una palabra, versos de hombre, y bien sabido es que el hombre, condenado eternamente á la grosería y al egoísmo por su propia naturaleza, puede dar muy poco de sí en una materia tan delicada como es la poesía.

Pensaba, sin duda, que este hombre grosero y de aspecto monstruoso era capaz de decir cosas ingeniosas, como si perteneciese al sexo inteligente, ó sea el femenino

Pero el silencio fué corto.

Un tranquilo fatalismo guiaba ahora sus acciones. La muerte se le aparecía como algo dulce y triste

Al fin acabó por entregarse sin resistencia al interés de un libro que resucitaba en su memoria remotas emociones.

soledad voluntaria en que se mantuvo entre los pasajeros sirvió para excitar sus recuerdos dolorosos.