Estas diferencias se relacionan con la biología diferencial (sexo), como la fisiología de varones y hembras en el funcionamiento molecular y celular o en la respuesta a mecanismos epigenéticos, y con las diferencias impuestas por los estereotipos de género, como las normas sociales estereotipadas, impuestas o adoptadas, o las conductas, identidades y expectativas sesgadas.