En otras palabras, se ocultan, se niegan aquellos saberes que facilitan y contribuyen a deconstruir una imagen de lo femenino, fetichizada por la ideología patriarcal; de modo tal que los estigmas, los estereotipos y los prejuicios de género se siguen fosilizando. Si los hombres se conocen por sus obras, parece claro que las mujeres (y la Otredad en general) solo pueden ser conocidas por las obras de los varones, es decir, por el efecto subordinante al orden patriarcal y androcéntrico