Puesto que absolutamente en el mismo sentido que el lirio es lirio, él es hombre a pesar de todas sus preocupaciones en cuanto hombre, y absolutamente en el mismo sentido en que el lirio, sin trabajar y sin hilar, es más hermoso que la gloria de Salomón, absolutamente en el mismo sentido es también el hombre, sin trabajar, sin hilar, sin ningún mérito propio, por el solo hecho de ser hombre, más glorioso que la gloria de Salomón.