Cuerpo dulce y corazón salado.
Leticia Guerrero es arquitecto y, aunque es capaz de construir cualquier cosa que se le pase por la imaginación, es una incompetente cuando se mete en la cocina. Harta de que su inexperiencia en ese campo no haga más que crearle problemas, decide apuntarse a un curso de cocina japonesa. Después de todo, su plato más conocido se sirve crudo, ¿no?
Lo que Leticia no espera es encontrarse con un chef tan exótico y atractivo como Maxwell, un guapísimo representante de la cocina y de la genética brasileña y japonesa, y un auténtico grano en el trasero para ella.
Y es que, aunque Maxwell por fuera está crujiente y apetitoso, por dentro es del sabor equivocado. Los desencuentros entre ambos los llevarán a odiarse con la misma pasión con la que se desean.