El Dios bíblico, si es verdadero, tiene que ser Soberano — sobre todas las cosas, sobre todos los eventos y circunstancias, sobre todas las decisiones del mundo. Si es verdadero Dios, entonces es Él que escoge quién ha de ir al cielo y quién no.
La predestinación no es sólo para los calvinistas, dice Sproul, sino para todos los cristianos bíblicos. Esto no crea un concepto caprichoso o tiránico de Dios, sino que le presenta como el Dios amoroso que provee redención para los radicalmente corruptos seres humanos. El profesor Sproul sugiere que aquí hay un misterio, pero no contradicción. Punto por punto, él examina las Escrituras y refuta las contradicciones. Nosotros escogemos a Dios, pero sólo porque Él en su gracia soberana nos ha abierto los ojos para ver la hermosura de Cristo.