—¿Qué nombre adoptaba mi hermano?
Me entran ganas de no decírselo, porque durante un breve instante me preocupa que quiera llamarse igual, y la personalidad secreta de Corrick es algo valioso que solo me pertenece a mí. Pero es una estupidez y estoy demasiado cansada para pensar en una buena mentira.
—Wes. Weston Lark.
—¿De verdad? —El rey se sobresalta y suelta una suave carcajada—. Supongo que no debería sorprenderme.
—¿Por qué?
—Porque así se llamaba cuando huíamos a la Selva de pequeños. —Guarda silencio unos segundos, probablemente recordando su infancia—. ¿Sabes que…? Bueno, imagino que no. Weston y Lark eran los nombres de los sabuesos de Padre.
—¿Se puso el nombre de dos perros? —Me echo a reír aunque no quiera.
—Exacto.
—¿Cómo te llamabas tú?
—Sullivan, por el caballo más rápido del establo. Corrick solía acortarlo y llamarme Sully.
El caballo más rápido del establo. Suerte que consigo contenerme, porque me iba a burlar. Vaya par.