descubrieron que crecen en direcciones opuestas, hundiéndose en la tierra como atraídas por la fuerza de gravedad, y proyectándose al aire como si tirase de ellas cierta forma de antigravedad o ingravidez.
Las acacias más adelantadas y «listas», por así decirlo, contratan, de hecho, los servicios de protección de ciertas hormigas, a las que compensan con néctar, a cambio de su defensa contra otros insectos y mamíferos herbívoros.
tania barberánhat Zitat gemachtletztes Jahr
El dogma de Aristóteles de que las plantas tienen almas, pero no sensibilidad
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