hoy se sabe que el intestino ostenta el mismo rango –como mínimo– que el cerebro craneal. Hasta tal punto que ya se habla de un segundo cerebro (y no en sentido metafórico: el intestino es, literalmente, nuestro segundo cerebro).
El sistema nervioso central (SNC) y el sistema nervioso entérico (SNE) provienen de la cresta neural, una población de células migratorias que aparece en etapas tempranas del proceso
De hecho, también existe un enorme parecido visual entre nuestro cerebro y nuestros intestinos, comprimidos unos y otros en sus correspondientes «cajas». El nervio vago, que une ambos sistemas, aparecerá posteriormente,
la activación del nervio vago está directamente relacionada con sentimientos de cuidado, protección y ética, conclusión a la que llegaron después de observar que individuos que presentaban un alto grado de activación de este nervio en estado de reposo tendían a experimentar y expresar sentimientos elevados de compasión, altruismo y gratitud
No es de extrañar que algunos autores se refieran a este nervio de la compasión como la conexión entre el cuerpo y el espíritu
si, como hemos visto, el noventa por ciento de las fibras del nervio vago son aferentes, es decir, trasmiten señales en sentido ascendente, del intestino a la cabeza
Los doctores de la cuenca del Nilo ubicaban las emociones en los hediondos intestinos y consideraban al estómago como la «desembocadura» del corazón, órgano de los sentimientos, el entendimiento y la inteligencia. En el Papiro Ebers, uno de los primeros tratados médicos que se conocen (aproximadamente 1550 a. de C.), el corazón «atemorizado» aparece directamente asociado a una mala digestión
En muchos textos de diferentes corrientes místicas y religiosas se habla con toda claridad de la relación entre la limpieza corporal y la pureza de espíritu. Y no solo la pureza espiritual: hay numerosas crónicas que atestiguan cómo los romanos asociaban el «alivio» intestinal con la claridad de ideas (no solo las emociones y la energía se ligan a las tripas, también el entendimiento). Por ese motivo, los baños públicos –con sus largos bancos huecos– eran escenario habitual de brillan
en las delicadas medicinas orientales, para las que la zona del vientre es nuestro auténtico centro vital. En realidad no se refieren a ningún órgano en concreto sino a un punto perfectamente localizado, un punto situado por debajo del ombligo denominado dan tien (cuya traducción literal sería «área del vientre») en la medicina china y hara en las artes marciales japonesas. En ese centro se integran mente y cuerpo.
Para la medicina china los órganos y las vísceras están directamente conectados con nuestro sistema emocional y para curar un trastorno en el ámbito de las emociones hay que buscar el origen orgánico
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