Alison Weir

«El material que le entregué al profesor McKinzie era muy polémico, casi tabú en los círculos estadounidenses, porque en él yo acusaba a los sionistas de recurrir a la presión, incluso al engaño, para que Estados Unidos participara en una política de apoyo al ambicioso Estado judío sionista, teocrático y basado en la exclusión étnica. Tanto yo como los compañeros del Departamento de Estado que creíamos que esto era contrario a los intereses de Estados Unidos, fuimos desautorizados por el presidente Truman».[340]

Los comisionados afirmaron que la creación de un Estado judío en Palestina solo podía materializarse incurriendo en «una gravísima violación de los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías de Palestina», y subrayaron que someter a los palestinos «a una constante presión económica y social para que entregaran su tierra era una flagrante violación del principio [de autodeterminación] y los derechos de la ciudadanía».[101]

El informe señalaba que las reuniones con representantes judíos habían evidenciado que «los sionistas buscaban una desposesión casi absoluta de los actuales habitantes no judíos de Palestina», concluía que para lograrlo habría que recurrir al uso de la fuerza y urgía a la Conferencia de Paz a desestimar las propuestas sionistas.[103] La comisión recomendó «renunciar al proyecto de convertir abiertamente Palestina en una comunidad judía».[104]

Sin embargo, los sionistas dominaban la situación a través de Brandeis, y el informe se ocultó hasta que los Acuerdos de Paz ya se habían aprobado

En ella transmitía su sospecha de que todo formaba parte de un «plan urdido sin conciencia y a sangre fría para hacer que la situación de los judíos en Polonia sea tan mala que tengan que buscar ayuda en el sionismo»

Los sionistas intervinieron para cambiar la situación lanzando un ataque encubierto contra los judíos iraquíes con el ánimo de inducirlos a «huir» a Israel. También pusieron bombas en las sinagogas iraquíes y en la Biblioteca del Servicio de Información de Estados Unidos en Irak «con el objetivo de presentar a los iraquíes como antiamericanos y sembrar el terror entre los judíos», según el autor y antiguo agente de la CIA Wilbur Crane Eveland.[135]

terrorista y futuro primer ministro israelí Menachem Begin, se jactaría más tarde de que los sionistas habían llevado el terrorismo a Oriente Medio y al mundo en general.[175]

sionistas presionaron para que la Asamblea General, en su resolución, les entregara un desproporcionado 55 por ciento de Palestina.[179], [180] (Aunque muy rara vez lo anunciaban públicamente, su plan, como demuestran cartas y entradas de diario, era quedarse más adelante con toda Palestina).

judíos serán los verdaderos agresores de los árabes. Sin embargo, asegurarán que se limitan a defender las fronteras de un Estado, trazadas por Naciones Unidas […]. En el caso de que los árabes recibieran ayuda externa, los judíos irán corriendo a denunciar ante el Consejo de Seguridad que su Estado está sufriendo una agresión armada y emplearán todos los medios a su alcance para ocultar que es su propia agresión armada contra los árabes que viven dentro de sus fronteras la causa de que estos contraataquen».[196]

Henderson hizo hincapié en que Estados Unidos perdería su autoridad moral en el mundo si respaldaba el sionismo: