Alice Rawsthorn

El hecho de poner en práctica el diseño no solo como herramienta cultural, sino como defensa contra el abuso de los derechos humanos y como medio sumamente personal de expresión es la ejemplificación de la visión que tenía Moholy-Nagy del diseñador actitudinal.

Una explicación es que, tras pasarnos décadas admirando lo que antes parecían logros heroicos de la estandarización y la fabricación en serie, ahora ya damos por sentadas sus ventajas y nos cuesta más ignorar sus carencias. Además, sabemos demasiado sobre el lado oscuro de la globalización como para no ser conscientes de sus consecuencias.

El artesano (2008), el sociólogo Richard Sennett redefinió el marco intelectual de la artesanía, ampliando su alcance para incluir a los técnicos de laboratorio y a los virtuosos de la música, junto con los tejedores y los sopladores de vidrio

Los objetos han aparecido en la vida cotidiana durante toda la historia para luego desaparecer, sustituidos por cosas que son —o al menos lo parecen— superiores en cuanto a tamaño, potencia, velocidad, duración, sostenibilidad o cualquier otro motivo que las hiciese más deseables en el equivalente diseñístico del proceso darwiniano de selección natural.

La única manera infalible de que un objeto amenazado con desaparecer sobreviva es que se haya diseñado con tal ingenio que lo haga capaz de ofrecernos algo que sus rivales digitales no puedan igualar.

Un ejemplo de ello es el libro tradicional, cuyos atributos físicos no solo incrementan el apego emocional del lector hacia él como objeto, sino también la comprensión de su contenido.

esperanzas en estudiar arquitectura. En lugar de eso, la instaron a que se apuntase al taller de telares, como les ocurrió a casi todas las demás mujeres que se matricularon en la Bauhaus.

Ahora hay un buen número de diseñadoras reconocidas como líderes en sus especialidades, como Hella Jongerius en diseño industrial, Irma Boom en diseño editorial, Ilse Crawford en diseño de interiores y Hilary Cottam en diseño social

Hella Jongerius es, hasta la fecha, la única mujer que ha irrumpido en la elite de primeras espadas del diseño industrial y que ha recibido encargos para proyectos tan ambiciosos como su programa de diseño para KLM.

Desde entonces otras mujeres han recogido su testigo, como la diseñadora de software Lisa Strausfeld