El hecho de que la guerra que tuvo como resultado la toma de la ciudad mexica de Tenochtitlan sea conocida como “Conquista de México” entraña una primera declaración que sostiene la tan socorrida frase: “nos conquistaron”. El uso de la primera persona del plural tiene profundas implicaciones y proyecta al pasado una figura en ese momento inexistente: la idea de México. Si hace quinientos años México no existía, entonces esa construcción del “nosotros” como conquistados está siendo aplicada desde la actualidad. No fue la conquista de México, sino de una región del mundo en la que había toda una serie de pueblos, organizaciones sociales, culturas, poblaciones, lenguas y asentamientos que vivían un momento particular de una historia que para entonces ya era larga.