Carlos Fortea

Hay que tener a los animales pequeños a la altura de los ojos para verlos con precisión: es como si al elevarlos se les equiparase a uno mismo. Agacharse hacia el suelo, una especie de condescendencia, le da a uno una imagen falsa e incompleta de ellos.

Hay que tener a los animales pequeños a la altura de los ojos para verlos con precisión: es como si al elevarlos se les equiparase a uno mismo. Agacharse hacia el suelo, una especie de condescendencia, le da a uno una imagen falsa e incompleta de ellos

Solo sería algo provisional, y ya hemos sufrido bastantes provisionalidades

Pero es bella la mirada de sus ojos aplacados, el abrirse de la profundidad femenina

Pero es bella la mirada de sus ojos aplacados, el abrirse de la profundidad femenina

ahora hay calma en esto, determinación, y por tanto posibilidad de vida…

Cualquier vida que se conoce lo bastante bien resulta ridícula. Cuando se conoce aún mejor, es seria y terrible.

Cualquier vida que se conoce lo bastante bien resulta ridícula.

De la inalienable peculiaridad de la condición de Kafka habla el hecho de que no aprende de los errores. En él, fracaso por fracaso nunca da logro como resultado. Las dificultades siempre son las mismas, como si se tratara de demostrar lo insuperable de su naturaleza.

se le podría llamar la libertad del débil, que busca la salvación en la derrota.