Roberto Appratto

cada una con su estilo y su contexto cultural, a confirmar su idea del cine: los actores, la música, el avance del relato suscitaban en ella, quizás, una satisfacción secreta, un contacto con el arte en forma pura, intocable. S

un momento de soledad reflexiva; un acto consolatorio que se juntaba, en su memoria, con otros que también le hablaban de sí misma

Pero, en realidad, no veía solo eso: esas películas hablaban con ella, como Días de vino y rosas, Piso de soltero, Padre padrone o Baile de ilusiones

Las películas «modernas» no tenían nada que ver con ella. Stalag 17, ¡Viva Zapata!, Una Eva y dos Adanes sí formaban parte de su entorno e iban, cada una por su lado

Uno es lo que tiene al lado.

La vida, en ese sentido, es de por sí un relato en el cual entran otros relatos, hechos por otros o por uno mismo, y con los cuales se lidia.

la duda es el origen de la escritura.