El amor suele comprenderse como un monolito, pero está compuesto de muchas nociones culturales y es profundamente ideológico. Entre culturas y épocas, las formas de amar y de formar relaciones estables han variado hasta extremos inimaginables. Lo que quiero señalar aquí es la complejidad del fenómeno, que trenza factores biológicos con siglos de nociones culturales.