Silvia Hidalgo

mis palabras, que siempre suenan aburridas y nunca cuentan lo que quiero.

Me enternece y me inquieta su fe ciega, cree que la profesión la salvará, que su talento y esfuerzo la salvarán. En el pasado yo también confié en mí, toda ilusión y actitud, porque yo sí, yo me abriría camino hacia la planta alta de los despachos marrones.

Ahora dudo de que estuviera cerca alguna vez

a partir de aquella noche de agosto, todo lo que creía saber sobre el amor me pareció mentira.

Me enternece y me inquieta su fe ciega, cree que la profesión la salvará, que su talento y esfuerzo la salvarán.

¿Cuándo deja uno de ser una criatura y se convierte en una persona?

Alguien dijo: «Si vas a entregarte a un hombre, hazlo a uno capaz de dejar sus miserias por escrito»

las chicas de barrio no queremos ser auténticas, para qué, queremos fingir y parecernos a las otras, a las que heredaron el buen gusto, las joyas y la biblioteca de la abuela.

él hace tiempo que consiguió ser quien esperaba.

el deseo se puede provocar con mayor o menor éxito y, una vez surge, se alimenta y crece.

Hace un tiempo que dejé de pensar en mis opciones. En mi mente hay una puerta pintada de negro tras la que guardo las imágenes de lo que yo iba a ser.