Hasta hace poco más de ciento cincuenta años, el territorio norte de México se extendía miles de kilómetros más allá de su actual frontera con los Estados Unidos. En esa enorme región, conocida como Aridoamérica, florecieron muchos y variados grupos indígenas, antes de que los conquistadores llegaran a esta parte del continente americano. Muchos pueblos desaparecieron, pero otros resistieron el paso del tiempo, la pobreza, la violencia y las enfermedades. Lo que sabemos sobre su vida y sus costumbres es resultado de los descubrimientos arqueológicos y de las crónicas de los primeros religiosos y militares españoles que entraron en contacto con ellos.